Al que le de por montar una tiendita en el Himalaya no tendrá que ofrecer cerveza fría o al clima.
¡Ojo! ¡Pilas con ese dato! ¡Inportantísimo para la congruencia mundial!
Un ser chabacano, autóctono y real en la imaginación y la personalidad de muchos colombianos que muy en el fondo, y casi siempre ebrios, desean ser así. Un lugar en donde ni la plata, ni la diversión, ni la imaginación llegan a un límite.
